¿Conciencia plena?
Grandes compañías vienen entrenando a sus empleados en mindfulness desde hace varios años, justificando dicha práctica en que podría beneficiar al capital humano, mejorando el rendimiento laboral y, con éste, la productividad de la empresa. De muchas maneras, se argumenta, el mindfulness garantizaría el aumento de este factor: facilitando la concentración, ayudando con la gestión del estrés, favoreciendo la comunicación y la empatía, y dando fluidez a la creatividad y la innovación. La enumeración de ventajas no acaba ahí, pero nos permite entender el valor que las más grandes corporaciones dan a la implementación de esta estrategia. Cae de cajón, tal y como es subrayado muy pertinentemente en un documento de nuestro Instituto de Salud pública (2018), que el mindfulness “no reduce la carga laboral, pero ayuda a canalizar y gestionar nuestra atención y nos permite responder de forma más funcional, despierta y adaptada a la situación”. A la psiquiatría, por supuesto, le impo...